Tuin Sint-Pietersabdij

Des­cu­bra nues­tro jar­dín escon­di­do de la aba­día

¿Habías oído hablar de un exuberante jardín detrás de las majestuosas fachadas de la Abadía de San Pedro? En este maravilloso lugar podrás disfrutar del silencio entre lavanda, frutales y vides.

Tiempo atrás, los monjes vagaban por este vergel de tranquilidad. Hoy es un jardín abierto donde puedes descansar, disfrutar de un picnic, estudiar o simplemente relajarte bajo el sol. ¡Imagínate que estás en el sur de Francia y disfruta de este vergel en medio del bullicio de la ciudad!

Abierto de martes a domingo de 10 a 18 horas. Durante los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, el jardín de la abadía cierra a las 17 horas.

Un jardín histórico

El jardín de la abadía, con un jardín de hierbas, viñedos y huertos, ya existía en la Edad Media. Es una reconstrucción basada en ejemplos históricos, dispuesta en el jardín de la terraza de un ostentoso abad del siglo XVIII. Las ruinas del jardín son restos de la antigua enfermería o asilo del siglo XV. Los arqueólogos descubrieron los restos de la construcción en la década de 1970.

Disfrutar de lo divino entre los viñedos

En la ladera del lado del Escalda, los monjes cultivaron uvas desde el siglo IX. La rica Abadía de San Pedro incluso tenía su propia fábrica de cerveza. Que los monjes de la Abadía de San Pedro bebieran, cada uno, dos litros de vino no es realmente sorprendente. En ausencia de agua pura, el vino, junto con la cerveza, era la bebida más importante en la Edad Media. Los viñedos se recuperaron en 1983. Cada año, cuatro variedades de uva aseguran un número variable de botellas de “vino de abadía”.

Hierbas mágicas y fruta dulce

El jardín de hierbas se encuentra cerca de la iglesia y de las ruinas de una enfermería o asilo del siglo XV. Disfruta del embriagador aroma de la lavanda, el romero, el tomillo, la salvia y otras hierbas clásicas. En el infirmarius o enfermería se cultivaron plantas medicinales desde el siglo IX. Los monjes las secaban y las empleaban para confeccionar bebidas y ungüentos. Si observas detenidamente, aún verás la silueta de la enfermería en la fachada sur de la iglesia.
Y para los amantes de lo dulce y lo frutal, el huerto todavía produce manzanas, peras, cerezas, ciruelas, nueces e incluso higos. ¡Ven a coger y a probar estos frutos!