El mercado textil
Como dato curioso, el punto álgido de la industria de las telas ya había quedado atrás cuando se iniciaron las obras de este edificio. La falta de fondos hizo que solo se construyeran siete de las once fachadas planificadas. Para acabar el edificio fue necesario esperar hasta principios del siglo XX.
El 'Mammelokker'
La prisión de la ciudad se instaló en la cripta del Lakenhalle a mediados del siglo XVIII. Una pequeña dependencia servía como entrada y vivienda del guardián. El edificio debe el nombre de Mammelokker al relieve que se encuentra sobre la puerta. Este relieve hace referencia a una leyenda griega que habla de un ciudadano condenado a morir de inanición. Solo su hija podía visitarlo a diario, a condición de que no le llevara comida. Nadie se dio cuenta de que la mujer... ¡amamantaba a su padre en cada visita! Aquel hombre fue finalmente indultado.