Sint-Baafsabdij tuin
© Marthe Hoet

Jar­di­nes secre­tos

Tuinen
¿Buscas un vergel de tranquilidad en la ciudad? Si es así, echa un vistazo detrás de las fachadas y muros de nuestros edificios históricos más antiguos. Descubrirás lugares mágicos, cada uno con sus propias historias y huellas de un pasado lejano.

Gante es la ciudad más importante de Flandes y está rodeada de viñedos, huertos y fértiles campos.

Al-Idrisi, cartógrafo árabe (Ceuta 1100 - Sicilia 1165 o 1166)

La Abadía de San Pedro

Un punto neurálgico al sur de Gante

¿Habías oído hablar de un exuberante jardín detrás de las majestuosas fachadas de la Abadía de San Pedro? En este maravilloso lugar podrás disfrutar del silencio entre lavanda, frutales y vides. Tiempo atrás, los monjes vagaban por este vergel de tranquilidad. Hoy es un jardín abierto donde puedes descansar, disfrutar de un picnic, estudiar o simplemente relajarte bajo el sol. ¡Imagínate que estás en el sur de Francia y disfruta de este vergel en medio del bullicio de la ciudad!

Un jardín histórico

El jardín de la abadía, con un jardín de hierbas, viñedos y huertos, ya existía en la Edad Media. Es una reconstrucción basada en ejemplos históricos, dispuesta en el jardín de la terraza de un ostentoso abad del siglo XVIII. Las ruinas del jardín son restos de la antigua enfermería o asilo del siglo XV. Los arqueólogos descubrieron los restos de la construcción en la década de 1970.

Disfrutar de lo divino entre los viñedos

En la ladera del lado del Escalda, los monjes cultivaron uvas desde el siglo IX. La rica Abadía de San Pedro incluso tenía su propia fábrica de cerveza. Que los monjes de la Abadía de San Pedro bebieran, cada uno, dos litros de vino no es realmente sorprendente. En ausencia de agua pura, el vino, junto con la cerveza, era la bebida más importante en la Edad Media. Los viñedos se recuperaron en 1983. Cada año, cuatro variedades de uva aseguran un número variable de botellas de “vino de abadía”.

Hierbas mágicas y fruta dulce

El jardín de hierbas se encuentra cerca de la iglesia y de las ruinas de una enfermería o asilo del siglo XV. Disfruta del embriagador aroma de la lavanda, el romero, el tomillo, la salvia y otras hierbas clásicas. En el infirmarius o enfermería se cultivaron plantas medicinales desde el siglo IX. Los monjes las secaban y las empleaban para confeccionar bebidas y ungüentos. Si observas detenidamente, aún verás la silueta de la enfermería en la fachada sur de la iglesia.
Y para los amantes de lo dulce y lo frutal, el huerto todavía produce manzanas, peras, cerezas, ciruelas, nueces e incluso higos. ¡Ven a coger y a probar estos frutos! 

Cuando tienes un jardín y una biblioteca, ya no necesitas nada más.

Marcus Tullius Cicero, orador y político romano (106 - 43 a.C.) 

La Abadía de San Bavón

La grandeza de lo verde en las afueras de la ciudad

En el lugar donde en algún momento la abadía de San Bavón se levantó en todo su esplendor encontramos uno de los secretos mejor guardados de la ciudad. Un patio (pandhof) medieval entre ruinas descubiertas y una iglesia verde. Cinco metros de columnas de carpe evocan la iglesia tristemente desaparecida, que una vez fue la iglesia románica más grande de los antiguos Países Bajos. ¿Te gustan el misticismo, el romanticismo y las plantas raras? En ese caso, ¡no dudes en pasear por el secreto mejor guardado de la ciudad!

Un patio medieval

Entre las ruinas cubiertas de vegetación descubrimos un patio medieval con una valiosa flora mural. En el lugar por donde los monjes vagaban y murmuraban sus letanías, hoy día crecen más de 210 plantas diferentes entre las piedras antiguas. Algunas son bastante raras. Corydalis, cardo mariano, senecio, erigeron, clematítide, etc., preciosos nombres de plantas, cada una con su propia paleta de colores. ¡Un ejemplo único de biodiversidad en plena urbe!

Azul púrpura y gris, aquí las piedras pueden ir deshaciéndose con toda la tranquilidad del mundo, y verdes crecen los helechos en los muros que estarán presentes durante muchos siglos más cuando nosotros ya no estemos.

Luc De Vos, cantante, columnista y escritor gantés (1962-2014) 

Palacio de Steenhuyse

Un oasis de paz en la concurrida Veldstraat

Escapa del bullicio de la calle Veldstraat por un momento y relájate en el hermoso jardín amurallado de este palacio del siglo XVIII. Disfruta de un concierto a la hora del aperitivo en verano y siéntete como un invitado con la noble familia d'Hane de Steenhuyse.
¡Disfruta tomando una deliciosa taza de café con el telón de fondo de un ambiente noble!

Un hotel urbano con una exuberante naturaleza

El hotel d'Hane Steenhuyse es una mansión que rebosa naturaleza. Aunque a primera vista no lo parece, la naturaleza está abundantemente presente desde la fachada de la calle hasta la puerta trasera. Las familias que residían allí no solo disfrutaban del jardín, sino que la naturaleza, como adorno, se introducía en la casa para hacer la vida en la ciudad mucho más placentera. El jardín era un elemento indispensable en la vida urbana de los nobles.

Un jardín de ensueño con un invernadero de naranjos, un invernadero común y un huerto de árboles frutales

Valérie van Pottelsberghe de la Potterie (1839-1902), viuda del conde Borluut, no solo era amante del arte sino que también adoraba los jardines. Convirtió el césped del siglo XVIII, un tanto aburrido, en un hermoso jardín de ensueño con un invernadero de naranjos, un invernadero común, viñedos, rosales y enormes árboles frutales. Cierra los ojos y siéntete como un invitado en el paraíso urbano de Madame de la Potterie, ¡entre florecientes árboles frutales y fragantes flores! Desde que desapareció el último peral, el césped actual sigue esperando un nuevo diseño.

Gravensteen

Un picnic en medio de una atmósfera medieval

Detrás de las altas murallas y de la caseta de acceso del castillo de Gravensteen se encuentra el patio superior, que es el patio interior del castillo. Su función era que los caballeros medievales se pudieran cubrir durante el fragor de la batalla. Si eras un hereje o bruja y te encontrabas en el patio superior, tenías las horas contadas.

Hoy empieza una experiencia única en el castillo. ¡Las clases o grupos también pueden disfrutar de un maravilloso picnic en esta atmósfera medieval!

¡Y si buscas bien, encontrarás musgos y plantas muy especiales entre los antiguos muros y piedras!

El alma no puede prosperar en ausencia de un jardín. Si no quieres el paraíso, no eres humano; y si no eres humano, no tienes alma.

Tomás Moro, humanista inglés (1478 - 1535) 

Casa Arnold Vander Haeghen

Un jardín de recolección para los amantes de las plantas

Después de tu visita a la casa Huis Vander Haeghen, no dejes de visitar el pequeño jardín de recolección. Déjate vencer por la tentación de recoger deliciosas verduras frescas, frutas y hierbas.

¡Y todo esto en la calle comercial más concurrida de Gante!